Según algunos estudiosos, las malagueñas de la madrugá o cantes de la madrugá murcianos podrían estar en el origen de algunos cantes mineros.
En su libro El Rojo el Arpargatero, flamenco (Almuzara, 2007), José Gelardo nos brinda la cita del músico murciano Julián Calvo, quien, en 1877 (Alegrías y tristezas de Murcia), se hizo eco de la existencia de dicho cante e informó acerca del introductor del mismo en Murcia en el año 1868: Ginez Martínez (a) el Osuna.
Otra de las fuentes donde bebe Gelardo es el libro de José Verdú Colección de cantos populares de Murcia (1905), donde se detalla cómo era ese cante y se insiste en el papel fundamental de el Osuna en la gestación de la malagueña de la madrugá. Verdú la llevará al pentagrama.
Gelardo no lo cita, pero unos años antes que Verdú, en 1900, Pedro Díaz Cassou y los maestros Antonio López Almagro (Profesor numerario de la Escuela Nacional de Música) y Mariano García López (Maestro de Capilla de la Catedral de Murcia) se ocuparon también de la Malagueña de la madrugá en El Cancionero Panocho. Coplas, Cantares, etc.
Repasamos lo que en dicho cancionero se apunta acerca de este canto:
pág. 21
(…) la soñadora y artística malagueña de la madrugá (…)
(…) En las páginas musicales, al fin de este librito, no figura más malagueña que la madrugá, por no haberse creído necesario transcribir la común, que sólo se diferencia de la andaluza, en que no suele adornársela (...)
págs. 81-82
Apéndice musical: págs. 16-18
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