martes, 27 de noviembre de 2018

El Quiqui: dos veces rey de las cantiñas


Víctor Caballero y Valero



Llevo tiempo siguiendo al popular poeta y escritor festivo gaditano Víctor Caballero y Valero (1838-1874), desde que tuve ocasión hace unos años de leer su Francisco Montes -con su referencia al cantaor Piquirri- y sus deliciosos libros de poemas, algunos de los cuales se pueden consultar en bibliotecas digitales. En ocasión de la reciente publicación de la estupenda y generosa entrada del amigo Javier Osuna sobre el cantaor decimonónico El Quiqui de Cádiz, se me antoja dar a conocer los versos que don Víctor dedicó a su paisano en una de sus celebradas composiciones. Pero, ojo, hay dos versiones de la misma. Y las dos tienen su aquel.

La primera se publica en Antón Perulero en 1868 [SIGLO I., CARTA 6.a] y la segunda en El Lego Liberto del 4 de agosto de 1872. En ambas se nombra a El Quiqui nada menos que como rey de las cantiñas, y Caballero debía conocer el paño. En la segunda, más extensa, además del tocaor Trujillo y el bailaor el Colorao, aparece un Romero, que como el pájaro trina, que bien podría ser el mítico Romero el Tito. Y, para los dilettanti del género andaluz, en la segunda versión hay también una alusión a un conocido pasaje de la obra La flor de la canela, en la que destacó el histórico actor José Dardalla : los …montoncitos de gloria con sal molía…

Enjoy!



Antón Perulero, 1868




El Lego Liberto, 1872

martes, 6 de noviembre de 2018

Boleras y boleros, en carne y hueso


Por su interés documental, no quiero dejar de compartir en el blog estas tempranas fotografías de bailarines españoles que he rastreado en colecciones digitales y bases de datos francesas (1). Las tres fueron realizadas por el fotógrafo Charles Weyler y hay que fecharlas ca. 1862, cuando el histórico bolero Mariano Camprubí (cerise sur le gâteau) y su compañía presentaron en París con éxito el ballet La flor di Sevilla, tiempo en que el maestro de la pintura universal Édouard Manet los inmortalizó en sus famosos lienzos. Enjoy!



Mariano Camprubí y Anita Montes (o Montez, Montés, Montès)





Anita Montes en jarras, en actitud desafiante





Lola de Valencia






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(1) parismuseescollections.paris.fr y data.bnf.fr

viernes, 13 de julio de 2018

Madrid de noche - Los Cafés cantantes

Uno de los guitarristas podría ser el mítico Ángel de Baeza...


Las páginas del diario El Gráfico (Madrid) del 29 de octubre de 1904 contienen un insólito reportaje sobre los locales flamencos de la Villa y Corte, realzado con tres interesantes instantáneas del fotógrafo L. Sánchez: el Café de la Encomienda, el Café de Naranjeros y el Café de la Victoria, por cuyas tablas -como es sabido- pasaron  muchos flamencos históricos.

Parco de estilo, poco elegante, el texto tiene sin embargo la virtud de ir al grano. Y es que, a la sazón, estos locales eran tema de plena actualidad.



El Gráfico, 29 de octubre de 1904

[pincha la imagen para agrandarla]





Del escrito me quedo con la alusión al tocaor el Baeza, con mucha probabilidad el reputado Ángel de Baeza, de quien poco sabemos. SÁNCHEZ pudo ser su primer apellido… vean si no esta gacetilla de 1901, donde también aparece el afamado bailaor Pichiri, otro olvidado:


 “El tocador Ángel Sánchez, de Baeza, hizo filigranas en la guitarra”




La Correspondencia de España, 13 de septiembre de 1901


sábado, 7 de julio de 2018

Tirantes, digo, tarantas…




Por supuesto que no es la primera alusión a las tarantas en los papeles, pero puede que sea una de las primeras citas referidas a dicho cante en una obra dramática, lo cual es indicio de su popularidad.

Localizo la referencia en Carne de tablao, apunte dramático en dos cuadros original de Joaquín García Cruz, música del maestro Luis Conrotte. Se estrenó con éxito en el Cinematógrafo Internacional (Madrid) la noche del 15 de abril de 1907. La pieza está ambientada en el famoso café cantante de Naranjeros y participaron en la misma la guitarrista Adela Cubas, Antonio Pozo el Mochuelo, los Cansino y el tocaor Joaquín Rodríguez el Hijo del Ciego.



« …Tirantes, digo, tarantas, o soleares, o lo que te salga de la nuez… »



Carne de tablao. 1907. Madrid. Impr. de J. Ratés Martín