La Parrala tocando la guitarra (E. Beauchy)
Las canciones
El Sereno y
El Pescadero están asociadas en la literatura flamenca a Dolores
la Parrala y a su hermana Trinidad, a raíz de las semblanzas que de ambas cantaoras hizo Fernando el de Triana en su archiconocido libro de 1935
Arte y artistas flamencos. Dos canciones que parecen conectadas, como formando parte de un todo.
Refiriéndose a la gran Dolores, escribió Fernando:
«… llegó a cantar con un salero sin igual, la canción del sereno y el pregón del pescadero, preciosas composiciones, perdidas hoy por falta de artistas que las ejecuten, pues entre las pocas que hay, no creo que haya más que una capacitada por su arte y desenvoltura para cantarlas con la gracia que esto requiere, y es la Niña de los Peines, famosa artista que tiene gran habilidad y la voz muy a propósito para esas canciones andaluzas… »
Y sobre Trinidad, apuntó:
«… no tenía rival cantando la canción del Sereno y el pregón del Pescadero. Estos cantes le proporcionaban muchos triunfos, por lo cual nunca le faltaban buenos contratos en todos los cafés cantantes de España.
¡Lástima de cantes tan bonitos que se hayan perdido!… »
Al menos una artista impresionó estos temas en cilindro, una cantaora que destacaba por su extenso repertorio y que ya conocemos en
flamencodepapel:
Julia Rubio.
Así se desprende de esta lista de fonogramas de la casa valenciana
Hércules Hermanos.
Boletín Fonográfico y Fotográfico (Valencia), 30 de marzo de 1901
Aunque no podemos afirmarlo, Dolores
la Parrala pudo interpretar el
pregón del Pescadero a principios de 1880, en París, cuando ella y sus compañeros
la Cuenca y Paco
el de Lucena desembarcaron en el teatro
Atheneum de la calle de los Mártires, con la compañía de baile y cante de Antonio Calzadilla [vid. nuestras entradas de hace un lustro
Les espagnols de la rue des Martyrs].
Se alza el telón y comienza el primer cuadro titulado
Un dimanche sur la plage de Malaga (1). A la derecha y en el primer plano aparece el ventorrillo
Nuevo. A la izquierda se encuentra el ventorrillo de
la Alegría. Al fondo: el mar. Es domingo y el pueblo se divierte bebiendo, cantando y bailando.
Nos informa el cronista
Frimousse en
Le Gaulois…
… En medio de aquellas alegres diversiones, de pronto, llega un canto de la orilla. Es el de un pescador que pregona su mercancía. Le llaman y le invitan a que cante la canción del pescador de Málaga. Él (la Señorita Parrala) acepta la invitación y entona un canto muy extraño y de gran elegancia, que la multitud escucha primero en silencio y después aplaude frenéticamente…
Le Gaulois (París), 10 de enero de 1880
¿Y
El Sereno?, me diréis…
Sigamos atentos al espectáculo sin movernos del asiento.
El tercer cuadro reproduce un salón en Sevilla la noche de un día de toros. Manolas, majos y toreros entran cantando en coro la marcha de Pepe-Hillo…
… Los trajes son de una riqueza extraordinaria (…) En la velada destaca un guitarrista, M. Paco de Lucena, que ejecuta variaciones sorprendentes. Los bailes se suceden. La Señorita Cuenca, vestida de torero, simula todas las peripecias del combate (…) El canto del sereno tiene también mucho carácter, y la gran danza andaluza con la que concluye la función tiene un movimiento endiablado…
Le Rappel (París), 15 de enero de 1880
Decíamos al principio que
El Sereno y
El Pescadero son dos canciones que parecen conectadas, como formando parte de un todo. Y ese todo aconteció por enero de 1880, en un pequeño teatro parisino de la calle de los Mártires que llamaban
Atheneum.
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(1) Un domingo en la caleta de Málaga