Paco el Sevillano y El Pollo en Vigo (1885)

En su documentado artículo sobre el guitarrista gaditano Manuel Pérez El Pollo, nuestro buen amigo Antonio Barberán apunta que «… el cante de Caracoles lo hacía El Pollo a la manera del cantaor Paco el Sevillano».

Si atendemos a la siguiente gacetilla que encontramos en la prensa gallega del año 1885, no hay duda de que don Manuel conoció Los Caracoles de Paco Hidalgo de primerísima mano.

Vigo, patria chica de nuestro Afinador nacional.

Frente a la Iglesia se ha instalado un café, El Universal, donde Paco el Sevillano, La Carbonera y El Poyo [sic] tocador de guitarra, hacen de noche las delicias de los aficionados al cante flamenco.

Gaceta de Galicia, 7 de septiembre de 1885

Un discípulo de Francisco Rodríguez el Murciano (1842)

Sobre la figura del guitarrista Francisco Rodríguez el Murciano son de obligada consulta las investigaciones de Eusebio Rioja. Recomendamos su ameno y bien documentado artículo titulado Un guitarrista granadino en los albores del flamenco, publicado en la página Jondoweb, donde entre otros testimonios se recogen los del compositor ruso Mijaíl Ivánovich Glinka durante su estancia en Granada, a finales de 1845.

De fecha anterior al encuentro de nuestro guitarrista con el citado compositor es el siguiente anuncio, aparecido en la prensa de Madrid, donde un joven ofrece dar lecciones de guitarra presentándose como discípulo de Francisco Murciano, «autor de las verdaderas Rondeñas Granadinas, célebres por sus variaciones…».

Diario de avisos de Madrid, 16 de septiembre de 1842

Luis Molina y Ramón Montoya en Valdepeñas (1917)

De ellos contaba el viejo Pepe el de la Matrona que eran dos guitarristas que eran dos fieras, cuando allá en el madrileño Café del Gato, en el año seis pal siete…, empezaban el uno con el otro, ¡venga y venga a apretar!, y me asfixiaban…

A música celestial sonarían los conciertos que dieron en Valdepeñas en el año 1917.

Toros y Toreros, 11 de septiembre de 1917

Mi sentido pésame por la muerte de don José Blas Vega y mi eterno reconocimiento por su obra.

«Por los años 1916 a 1919, [Chacón] frecuentó Valdepeñas. Este pueblo de Ciudad Real, a pesar de ser de una geografía no flamenca, es posiblemente el pueblo más aficionado que haya habido al cante, cuya afición hoy perdura…»

José Blas Vega: Vida y cante de don Antonio Chacón, 1986

A vueltas con Gayarre Chico

Ojalá podamos escuchar un día los registros de Sebastián Muñoz Gayarre Chico realizados hacia finales de 1905, según los datos facilitados por el amigo José Muñoz, recogidos en la página flamencoyuniversidad. Mientras tanto, podemos seguir disfrutando de las crónicas que sobre tan singular cantaor (con sus luces y sus sombras) van apareciendo en la prensa histórica.

De 1906 es la siguiente crítica publicada en Segovia. No era la primera vez que el Gayarre cantaba en la ciudad del acueducto.

Diario de Avisos (Segovia), 13 de agosto de 1906

Belart por Soledad (1852)

Ya supimos por el maestro Faustino Núñez de la actuación del tenor Buenaventura Belart en septiembre de 1853 en el Teatro Principal de Cádiz, donde cantó Soledad, pieza de la escena española El majo de rumbo, la cual constaba de Rondeña, Soledad y Caña.

Si antendemos a la siguiente gacetilla, parece que el destacado tenor llevaba la Soledad en su repertorio desde más de un año antes. Como aire nacional viene anunciada en el cartel de la función extraordinaria del madrileño Teatro del Príncipe del 24 de mayo de 1852, en la cual participó, acompañado al piano por el maestro Oudrid.

Diario oficial de avisos de Madrid, 24 de mayo de 1852

Francisco Hidalgo, Panaderos y Caracoles (1866)

Ya documentamos hace dos años la actuación de Francisco Hidalgo en febrero de 1866 en el Teatro Moratín de Córdoba, donde entre otros cantes interpretó Canto alegre -posiblemente alegrías-, Soleá, Caña y Polo de Tobalo, Seguidillas gitanas, Polo del Granadino, los Caracoles y las "Haberas".


Tres meses después, antes de la comparecencia de Silverio en la ciudad de los califas, según los papeles, Paco Hidalgo repitió concierto en el Moratín con la guitarra de Enrique García y el baile de Juan Molero, cantando Panaderos –¿Canto alegre?- y concluyendo la función con Los caracoles «… que tan aplaudidos han sido cuando en la anterior temporada fueron cantados por el Sr. Hidalgo».

Diario de Córdoba, 5 de mayo de 1866