viernes, 12 de julio de 2019

Silverio, un reto




Por su evidente interés, he decidido publicar en el blog esta carta de Silverio que localicé hace un tiempo en el periódico jerezano El Progreso del 30 de agosto de 1872. Nada menos que la respuesta del Rey de los cantaores a un reto en toda regla, propuesto por un tal Diego Gálvez: una competencia Tomás Ortega El Nitri vs. Franconetti.

Toda vez que ya la compartí en facebook hace unos días, acompaño la publicación de algunos de los comentarios que la primicia ha suscitado y que contienen una lectura del documento, aunque el sentido de la respuesta de Silverio se enriquecería a la luz de la carta del Gálvez, “protector” de El Nitri. En ello andamos...

Mientras tanto, Enjoy!









Comentarios:

Chemi López: tenía dos cojones

Luis J. Vázquez Morilla: el gran Silverio, aceptando en buena lid cuantos retos llegasen para mantener su corona. Gran documento

Gregorio Valderrama: Se agradece semejante noticia y alegra saber que el señor Silverio era de los que dicen: aquí estoy yo

Marcelo Gálvez Jiménez: Qué buen documento y qué dos pares tenía Silverio

Manuel Bohórquez Casado: Ahí está su famosa rivalidad con Tomás Ortega López El Nitri. Un gran documento, Alberto.

Antonio Villarejo Perujo: Parece, por este documento, que no era tanto que Silverio fuera retando sino que lo retaran.

Manuel Bohórquez Casado: Él también retaba. Pero miren cómo desautorizaba al Nitri. Estuvieron muy picados

Javier Osuna García: El '(...) cuya opinión como cantador me reservo', respecto de El Nitri, es de lo más revelador y sugiere una mirada crítica hacia Tomás.

Paco del Pozo: Toma ya!!! Pisaba con seguridad aquel Silverio....

Guillermo Castro: ¡Menudo órdago, 1000 duros de la época!, Gran documento Alberto.

Miguel Ángel Jiménez: la verdad es que muy seguro estaría Silverio de si mismo.

Norberto Torres: O todo o nada. No hay termino intermedio. O blanco o negro. O el Bien o el Mal. Los tonos grises no van con Silverio y su actitud ante la vida.
Luego se refiere a "verdaderos cantaores", por lo que se deduce que en contrapartida estan los "falsos cantadores", quizas imitadores, los flamencos y los que imitan, Verdad y Falsedad.
Sorprende tambien la puesta en valor que hace de la inteligencia frente a la pasion. Administrar inteligentemente la pasion nos viene a decir. El espectaculo de lo pasional.
Ser pasional en las actitudes

Norberto Torres: Como esta de apostar. El jugador de Dostoievski no esta muy lejos. Se juega, se gana o se pierde la fortuna, el sino lo dira.
Por fin confirma una vez mas lo de "competencia" y "desafio" como atractivo en este otro espectaculo del XIX, en desafio al concepto burgues del entretenimiento, los espectaculos populares. El trovo, las peleas y apuestas de gallos y galgos, o el moderno boxeo no estan muy lejos. Sana competencia por la supervicencia artistica que ha llevado el flamenco a crecer, aunque suene politicamente incorrecto.
Nada extraño que el mundo de los toros y su apuesta a vida o muerte fascinara al gran Silverio.

Gerhard Steingress: Hola! Gracias por la nueva! No obstante, la carta pone de relieve que el cante no salio del alma oprimido de alguien, sino se construyo como objeto artistic en un ambient de aficionados combatientes. Me gustaria haber conocido esta voz tan mitica que los empresarios y periodistas de la epoca crear on por otros motivos e interestes que hoy se proyectan en el origen del cante. Hay much mito artificial en el Arte. No se quien gano la competencia de la que trata el articulo, pero insist que para realmente poder evaluar la calidad del cante de Silverio no basta leer lo que se escribió sobre el, sino escucharlo. Es impossible, ya se, por eso basta con comprender el cante de hoy!

Sergio Barissi: El documento me parece genial y mi enhorabuena a Alberto por tremendo hallazgo.
Ahora bien. Ya situados en el tiempo que parece que corrió esta escena, una pregunta os hago y sepan perdonar mi ignorancia.. ¿Quiénes serían los jurados ante tal reto, y que debían de valorar para dictaminar un vencedor?

Antonio Ruiz Ramírez: Muy listo Silverio, echándole un órdago de tal poder, se quitaba de en medio a casi cualquier cantaor, a ver quien cojones tenía en aquella época mil duros pa replicarle, un auténtico capital, con el que se podía comprar un cortijo.