En la obrita Un jaleo en Triana (1861), compuesta en verso por el poeta y dramaturgo alcalareño José María Gutiérrez de Alba, con música de Isidoro García Rossetti y ambientada en una academia de baile sevillana de principios de los años 60.
Están esperando la visita de unos aficionados extranjeros y el personaje Cachirulo dice de ellos:
… y los tres se han empeñao
en aprendé a la guitarra
er fandango y las rondeñas
y er jaleo y las livianas…
Este cuadro cómico-lírico, estrenado el 26 de octubre de 1861 en el madrileño Teatro del Circo, pasó sin pena ni gloria y se salvó en una tabla por la Rondeña que cantó Trinidad Ramos «… con una gracia y afinación pasmosas que levantó al público del asiento… ». Extremo que reconocería el propio autor en la dedicatoria del texto impreso.
Y lo dejamos por hoy con esta crónica taurina publicada el 29 de abril de 1856 en El Enano. Escribe el corresponsal:
… criadas en el lugar de los buenos cantaores de livianas; es decir, la famosa Utrera…
El Enano, 29 de abril de 1856
Bonita entrada Alberto. Estos importantes datos de livianas retrasan mucho la existencia de su cultivo (1842), lo que siginifica que el cante en cuestión llevaría tiempo cantándose ya. Un abrazo.
ResponderEliminar