Como ya demostró en su día el amigo Antonio Barberán, el cantaor y guitarrista
Paquirri falleció en marzo de 1862 en la madrileña cárcel del Saladero.
Pocos años después de su muerte encuentro en la comedia en un acto
Francisco Montes (1868) al cantador
Piquirri o
Piquirrirri, personaje que interpreta un polo a la guitarra ornamentado con
magníficos gorjeos, posible alusión al desaparecido Guanter.
Su autor, el gaditano Víctor Caballero y Valero, publicó en 1864 un bonito poema titulado
A Cádiz. Empieza así:
Querida Gades, candorosa sílfide
Que duermes reclinada sobre el mar,
¿Quién al mirarte, dí, perla magnífica,
No se siente gozoso arrebatar?
Francisco Montes, 1868
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Curiosamente, en su novela El embrujo de Sevilla (1922), el uruguayo Carlos Reyles hace alusión al trágico final del cantaor gaditano cambiándole el apodo por Paquirriqui:
« …Clavados sobre uno de los tabiques del tinglado, que era de madera sin cepillar, veíanse numerosas fotografías de artistas flamencos antiguos, algunos de ellos desaparecidos ya, como los bailaores Perrendengue y Miracielo, los célebres cantadores Curro Pablas y el Canario, muertos a manos airadas, y el no menos célebre tocador Paquirriqui, fallecido en el Saladero… »