Por su evidente interés, he decidido publicar en el blog esta carta de Silverio que localicé hace un tiempo en el periódico jerezano El Progreso del 30 de agosto de 1872. Nada menos que la respuesta del Rey de los cantaores a un reto en toda regla, propuesto por un tal Diego Gálvez: una competencia Tomás Ortega El Nitri vs. Franconetti.
Toda vez que ya la compartí en facebook hace unos días, acompaño la publicación de algunos de los comentarios que la primicia ha suscitado y que contienen una lectura del documento, aunque el sentido de la respuesta de Silverio se enriquecería a la luz de la carta del Gálvez, “protector” de El Nitri. En ello andamos...
Mientras tanto, Enjoy!
Comentarios:
Chemi López: tenía dos cojones
Luis J. Vázquez Morilla: el gran Silverio, aceptando en buena lid cuantos retos llegasen para mantener su corona. Gran documento
Gregorio Valderrama: Se agradece semejante noticia y alegra saber que el señor Silverio era de los que dicen: aquí estoy yo
Marcelo Gálvez Jiménez: Qué buen documento y qué dos pares tenía Silverio
Manuel Bohórquez Casado: Ahí está su famosa rivalidad con Tomás Ortega López El Nitri. Un gran documento, Alberto.
Antonio Villarejo Perujo: Parece, por este documento, que no era tanto que Silverio fuera retando sino que lo retaran.
Manuel Bohórquez Casado: Él también retaba. Pero miren cómo desautorizaba al Nitri. Estuvieron muy picados
Javier Osuna García: El '(...) cuya opinión como cantador me reservo', respecto de El Nitri, es de lo más revelador y sugiere una mirada crítica hacia Tomás.
Paco del Pozo: Toma ya!!! Pisaba con seguridad aquel Silverio....
Guillermo Castro: ¡Menudo órdago, 1000 duros de la época!, Gran documento Alberto.
Miguel Ángel Jiménez: la verdad es que muy seguro estaría Silverio de si mismo.
Norberto Torres: O todo o nada. No hay termino intermedio. O blanco o negro. O el Bien o el Mal. Los tonos grises no van con Silverio y su actitud ante la vida.
Luego se refiere a "verdaderos cantaores", por lo que se deduce que en contrapartida estan los "falsos cantadores", quizas imitadores, los flamencos y los que imitan, Verdad y Falsedad.
Sorprende tambien la puesta en valor que hace de la inteligencia frente a la pasion. Administrar inteligentemente la pasion nos viene a decir. El espectaculo de lo pasional.
Ser pasional en las actitudes
Norberto Torres: Como esta de apostar. El jugador de Dostoievski no esta muy lejos. Se juega, se gana o se pierde la fortuna, el sino lo dira.
Por fin confirma una vez mas lo de "competencia" y "desafio" como atractivo en este otro espectaculo del XIX, en desafio al concepto burgues del entretenimiento, los espectaculos populares. El trovo, las peleas y apuestas de gallos y galgos, o el moderno boxeo no estan muy lejos. Sana competencia por la supervicencia artistica que ha llevado el flamenco a crecer, aunque suene politicamente incorrecto.
Nada extraño que el mundo de los toros y su apuesta a vida o muerte fascinara al gran Silverio.
Gerhard Steingress: Hola! Gracias por la nueva! No obstante, la carta pone de relieve que el cante no salio del alma oprimido de alguien, sino se construyo como objeto artistic en un ambient de aficionados combatientes. Me gustaria haber conocido esta voz tan mitica que los empresarios y periodistas de la epoca crear on por otros motivos e interestes que hoy se proyectan en el origen del cante. Hay much mito artificial en el Arte. No se quien gano la competencia de la que trata el articulo, pero insist que para realmente poder evaluar la calidad del cante de Silverio no basta leer lo que se escribió sobre el, sino escucharlo. Es impossible, ya se, por eso basta con comprender el cante de hoy!
Sergio Barissi: El documento me parece genial y mi enhorabuena a Alberto por tremendo hallazgo.
Ahora bien. Ya situados en el tiempo que parece que corrió esta escena, una pregunta os hago y sepan perdonar mi ignorancia.. ¿Quiénes serían los jurados ante tal reto, y que debían de valorar para dictaminar un vencedor?
Antonio Ruiz Ramírez: Muy listo Silverio, echándole un órdago de tal poder, se quitaba de en medio a casi cualquier cantaor, a ver quien cojones tenía en aquella época mil duros pa replicarle, un auténtico capital, con el que se podía comprar un cortijo.
Un valiosísimo documento histórico. Mi más entusiasta enhorabuena.Te lo has currao.
ResponderEliminarLástima que no tenemos el registro de su cante, sólo lo que otros célebres cantaores que le sobrevivieron, escritores como Demófilo y otros...
Creí que lo había leído todo de mi antepasado, pero veo que no...
Saludos.
Gracias, Mari Carmen. Convencido estoy de que seguirán apareciendo más huellas del maestro. Un abrazo ;-)
EliminarEn cuanto al Gran Silverio, no me cabe duda ninguna de su calidad como cantaor aunque no haya grabaciones que fundamenten mi humilde opinión al respecto. En los casos en que, desgraciadamente, no contamos con documentos sonoros que nos descubran la esencia y calidad de sus conocimientos, facultades, tesitura de voz, y en definitiva de su trabajo, solemos, y así lo hago, analizar todos los documentos escritos y referencias orales de cuantos lo oyeron y lo expresaron. Y, en el caso del Gran Silverio Franconetti, sí existen comentarios y noticias suficientes (tu extraordinaria aportación es un ejemplo más) que, independientemente del gusto de cada cual, nos proporcionan información suficiente para hacernos un retrato bastante aproximado tanto del personaje, como del artista.
ResponderEliminarConvendrán conmigo que, de lo que adolece el flamenco, como cualquier otra área del conocimiento, es de la genialidad, de la singularidad, de la impronta, de la personalidad, de la innovación, de la aportación personal, de la esencia artística que se diferencia del resto.
Las cualidades físicas (la voz, matices, vibro, afinación la dedicación, etc.) pueden estar, pero no es sólo esto lo que conforma al verdadero artista.
Con cuántos, de los artistas que hemos escuchado y seguido a lo largo de nuestra vida nos quedaríamos si nos preguntaran: elige sólo a los geniales, a quienes merecerían estar inscritos en la nómina catedralicia del arte flamenco. cante, baile y toque.
Ya sé, ya se intentó y es un aburrimiento, y además una falacia. No estoy proponiendo nada de eso. Lo que sí quiero decir es que genios no nacen todos los días. Y para resumir, No es necesario tener presente al genio para percibirlo, sólo hay que analizar y descubrir aquellos dones y cualidades que poseían y que con tanta vehemencia todo el que vio, escribió, escuchó, y siguió al personaje, coincidió en comentar y diferenciar del resto.
A Silverio no lo hace grande sólo lo que dicen, sino la coincidencia unánime de como le ven, como lo sienten.
Naturalmente que en su momento había personajes muy meritorios, eso es indudable y que gustasen a determinado público más que Silverio, no me cabe duda, pero tampoco me cabe duda, que ni siquiera quienes no lo tenían como el mejor, dudaran de sus méritos.
La coincidencia en la adjetivación de grande con la que se refieren a él se refrenda con con la publicación de tu desvelada entrada.
Un Saludo-
El Nitri murio en 1854 no concuerda.
ResponderEliminarMe equivoque fue el fillo quien murio en 1854.
ResponderEliminarAbundando en la acertada observación de Javier Osuna García sobre la mirada crítica de Silverio hacia Tomás Ortega El Nitri, parece que Silverio ni siquiera le consideraba cantaor o verdadero cantaor, pues dice: "No queriendo dar crédito a lo que se me decía (, porque no tratándose de los verdaderos cantadores, y que aprecio su mérito, y además por honrarme con su amistad,) no hice caso de ellas [las hablillas], no pudiendo darle carta de naturaleza a Tomás Ortega [como verdadero cantaor], cuya opinión como cantador me reservo, una vez descorrida la cortina por amigos oficiosos e imprudentes", añadiendo más abajo lo siguiente: "Yo que jamás escondo la cara cuando de mi profesión se trata, ...acepto el reto que se me propone, ... escogiendo las personas que acepten el reto, para que se celebre la competencia, si es que puede haberla tratándose de Tomás Ortega, al punto y sitio que tengan por conveniente". O sea, que él escogería con qué personas se iba a celebrar la competencia, que serían, evidentemente, los que considerara como verdaderos cantaores, lo que añade más valor aún a la aceptación del reto. Esos verdaderos cantaores deben de ser los sucesores de "los Fillos y los Cantorales", de quienes Silverio aparece calificado como "imitador" en aquel documento localizado por Antonio Barberán (de traca también), en el cual se certifica la veracidad de los comentarios que Silverio hizo a Demófilo sobre su aprendizaje de al menos El Fillo. Silverio parece demostrar en su carta no solo un coraje y una seguridad asombrosas, sino también una gran humildad y un inequívoco reconocimiento hacia quienes sabía que debía demostrarlo (porque serían sus maestros o los descendientes o discípulos de estos, además de amigos a quienes les reconocía el mérito de ser verdaderos cantaores), lo que añade un rasgo más a tener en cuenta sobre su extraordinaria personalidad. Silverio era todo un caballero, una persona cabal que sabía estar y darle a cada uno lo suyo. Ya lo había demostrado antes, seleccionando para sus cafés a las cantaoras por sus cualidades artísticas para el cante más que por su aspecto físico, que por otra parte le habría proporcionado más beneficios económicos. ¿No tiene ya una pedazo de estatua en Sevilla este hombre? Pues hijos, ya va siendo hora si no es el caso, ¿no? ¡Menudos valores adornaban su persona! Saludos.
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